20 de mayo de 2009

EL NIÑO Y LA MUERTE


Yo nací y crecí bajo las estrellas de la Cruz del Sur. Vaya donde vaya, ellas me persiguen. Bajo la cruz del sur, cruz de fulgores, yo voy viviendo las estaciones de mi suerte.
No tengo ningún dios. Si lo tuviera, le pediría que no me deje llegar a la muerte: no todavía. Mucho me falta andar. Hay lunas a las que todavía no ladré y soles en los que todavía no me incendié. Todavía no me sumergí en todos los mares de este mundo, que dicen que son siete, ni en todos los ríos del Paraíso, que dicen que son cuatro.
En Montevideo, hay un niño que explica:
-Yo no quiero morirme nunca, porque quiero jugar siempre.

Las huellas digitales, de Eduardo Galeano

5 comentarios:

Unknown dijo...

El robot, qué tipo de robot-mascota sería? es importante saberlo para votar, porque claro; todos sabemos cómo es un mono

Andrés BM dijo...

Mola más el mono. Al mono puedes putearlo porque sabes que siente, y así reírte un rato; ¿qué sentido tendría putear a un objeto?

El DADAscípulo de Eróstrato dijo...

A Surrealisto: El robot que quieras; tipo mazinguer z, tipo muñeca hinchable, tipo mayordomo...

A Andrés BM: Eres un monstruo. ¡LOS MONOS SON TUS AMIGUICOS!

V.Kachanovska dijo...

Que lindo que allá se aprecie la literatura uruguaya, yo vivo en montevideo ^^ pero no me molestaria morirme



bueno, me despido, te manndo un culo, una teta y una concha

El DADAscípulo de Eróstrato dijo...

La buena letra es buena letra, venga de donde venga.

¡Gracias por el culo, la teta y la concha!