21 de marzo de 2009

AUTODESTRUCTIVO


"Bebe, bebe, sólo quiere reventar,
fuma, fuma, sólo quiere reventar.
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Un capullo, un insulto, un puñetazo, pelea.
Una zorra, un lametazo, una mamada, violación.
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Esnifa, esnifa, sólo quiere reventar,
mastica, mastica, vas a reventar.
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Baila, empuja, salta, que sea tu último baile.
Que sea tu último baile, que sea tu último baile.
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Sólo quiere reventar, y
BOOM."
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Extracto de El Atodestructivo, de Marv

20 de marzo de 2009

NECESITAMOS UN NUEVO URBANISMO


"Nos aburrimos en la ciudad, ya no hay ningún templo del sol. Entre las piernas de las mujeres que pasan los dadaístas hubieran querido encontrar una llave inglesa y los surrealistas una copa de cristal. Esto se ha perdido. Sabemos leer en los rostros todas las promesas, último estado de la morfología. La poesía de los carteles ha durado veinte años. Nos aburrimos en la ciudad, tenemos que pringarnos para descubrir misterios todavía en los carteles de la calle, último estado del humor y de la poesía. "

Extracto de Formulario para un nuevo urbanismo, de Gilles Ivain.

19 de marzo de 2009

SARTRE Y EL EXISTENCIALISMO


"El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más espontánea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es; yo opino que es real el motivo o causa del ser."
El existencialismo es un humanismo, de Jean-Paul Sartre,

15 de marzo de 2009

AGONÍA

"Hace mucho calor. Debe de ser domingo. O día festivo. Hay viejos, viejas, niños y familias. Caminan de aquí para allá. No puedo moverme. Nadie me mira. Nadie me ve. (...)Hace un rato intenté pedir ayuda a un viejo. Me empujó con el pie y siguió andando para allá.
(...)
Noto sudor en la frente. Me da escalofríos. Siempre me ha dado escalofríos el sudor. No estoy acostumbrado al calor. Hace mucho calor. (...) No sé si estoy borracho o enfermo. No puedo hacer nada más que temblar y sudar.
(...)
Echo de menos a mi perro. El Gordo pasa por delante de mí. Como siempre, lleva su carrito de supermercado lleno de basura. Es el primero que me mira desde que amaneció. Me escupe. Su escupitajo cae en mi pecho. Si pudiera me levantaría y volvería a pegarle una buena paliza. En los viejos tiempos nos gustaba partirnos la cara. Siempre ganaba yo la pelea. (...)Intento hablar. Sólo sale de mi boca un murmullo.
-Parece que hoy gano yo.-dice El Gordo.
No puedo contestarle. Me gustaría decirle:
-Esta vez ganas tú.Tú y todos los demás. He perdido. Para siempre.
Como si hubiera escuchado mis pensamientos, El Gordo me responde.
-Descansa en paz. Por fin.
Se aleja. Hace mucho calor. Los viejos, las viejas, los niños y las familias siguen caminando de aquí para allá. Noto ese asqueroso sudor en mi frente. Nadie me ve."

Extracto del relato Agonía, de El Vagabundo, de Marv