29 de septiembre de 2008

PILILANTAS Y PINOENES


“Érase una vez la superficie, donde lo único importante para el macho era estar pegado a un pene cuanto más grande mejor.
Un buen día, una de aquellas desalmadas multinacionales inventó una planta: La Pililanta. Sólo con el capital invertido en la investigación para obtener ese vegetal, podrían haber hallado una cura para el SIDA, pero, sin duda, habría sido mucho menos beneficioso para la empresa.

Aquél individuo de sexo masculino que adquiriera la planta (por un escandaloso pero justo precio) convertiría su miembro viril en la sombra de la hortaliza. Esto es; cuanto más se cuidara y mimara el hierbajo y más velozmente creciera y se desarrollara éste, más rápido aumentaría y engordaría, paralelamente, el cipote del propietario.

Años o días después, tras el arrollador éxito en ventas de la Pililanta (que fue retirada del mercado tras descubrirse que producía cáncer de próstata), la misma empresa multinacional saca al mercado un nuevo producto de similares características: El Pinoene. Una era la ventaja que brillaba sobre las demás (a parte de no produir cáncer): El tamaño del vegetal se podía multiplicar, si los cuidados eran los adecuados, por 100. Y una era la desventaja que se intentaba ocultar: Tardaba en crecer, de media, de 45 a 50 años más que su antecesora.

Muchos fueron los individuos que se hicieron con uno, y pocos los que consiguieron el enorme falo (promesa de la agresiva campaña publicitaria) antes de los 80 años. Además, el elevadísimo precio del producto obligaba a los consumidores a pagarlo en cómodos plazos durante aproximadamente 60 años.

Todos fueron felices(excepto los esclavos menores de edad del Tercer Mundo que poseía la multinacional) e impotentes. Fin.”

Extracto de El rey, Marvin
EXTRA-BONUS! FREE! FREE! FREE!
¡La pilila que canta! ¡pasen y vean!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Una vez ví una flor brotando en medio de una mierda de avestruz, lo que no sé si fue un sueño, lo pensé o lo ví en el mundo real

El DADAscípulo de Eróstrato dijo...

¡Qué bonita imagen!